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A 39 años de la desaparición y asesinato de Ana María Martínez

Seguimos reclamando justicia y exigimos la destitución, juicio y castigo de Fabian Fernández Garello y demás autores materiales.

Comisión de Familiares, Amigxs y Compañerxs de Ana María Martínez, Argentina

Este 4 de febrero se cumplen 39 años del secuestro de Ana María Martínez en su casa de Villa de Mayo, en el marco del terrorismo de estado impuesto por la dictadura militar desde 1976.

Su cuerpo fue hallado 8 días después en lo que hoy es Punta Querandí, en el Canal Villanueva y la calle Brasil, en Tigre. Había sido torturada y asesinada de varios balazos. Estaba embarazada de dos meses.

Ana María era obrera y militante del PST (Partido Socialista de los Trabajadores), y había tenido que huir de Mar del Plata por que su casa fue allanada por los militares. En sus ciudad natal, 29 compañerxs del PST fueron secuestrados y desaparecidos por los genocidas como parte del plan sistemático.

Su desaparición y asesinato mereció la inmediata condena de organismos de derechos humanos, abogados, dirigentes y organizaciones políticas, personalidades de la cultura, artistas, en nuestro país y en el mundo.

Y como la dictadura empezaba a ser repudiada y enfrentada por huelgas generales y movilizaciones masivas, los medios de comunicación empresarios también se hicieron eco de la noticia de su desaparición y asesinato, aunque varios lo trataron como un “crimen pasional”, eufemismo con el que se llamaba en ese tiempo a los femicidios; otros intentaron presentar los hechos como un enfrentamiento por dinero entre “subversivos”.

Aún así, el nombre de Ana María Martínez quedó grabado en la memoria de muchxs y en la opinión pública como uno de los tantos crímenes y atrocidades cometidos por una dictadura impuesta a sangre y fuego para aterrorizar a la población trabajadora e imponer el saqueo más alevoso que haya sufrido el país.

Al regreso de la democracia, recuperada gracias a la enorme lucha del pueblo y sus organizaciones, la lucha por memoria, verdad y justicia se enfrentó a las políticas de impunidad de los partidos e instituciones del régimen, que durante largos años garantizaron impunidad a través del Punto Final, la Obediencia Debida o los Indultos, aunque finalmente el levantamiento social del 2001 abrió una nueva situación que derivó en la anulación de las leyes de impunidad y en la reapertura de los juicios a los genocidas.

Esta comisión nación en 2012 con el objetivo de exigir justicia por Ana María, y el 6 de diciembre de 2018 conseguimos un fallo ejemplar de la justicia condenando a cadena perpetua a los genocidas Norberto Apa y Pascual Muñóz, ambos generales del estado mayor de Campo de Mayo y responsables de la desaparición y asesinato de nuestra compañera.

Desde entonces nos juramos luchar por condenar a los autores materiales, a la pata policial que infiltró al PST, realizó el espionaje sobre Ana María y sus compañerxs, hizo inteligencia sobre sus movimientos, su domicilio, su trabajo y finalmente con esa información la secuestró de la puerta de su casa, cuando regresaba de comprar la comida para llevarse a la fábrica en la que trabajaba.

Integraba esa banda policial Fabián Fernández Garello, fiscal general de Mar del Plata actualmente, y desde hace más de 20 años. Las pruebas sobre su participación en delitos de lesa humanidad son contundentes y han sido aportadas por la CPM (Comisión Provincial por la Memoria) a la justicia. Debería estar destituido de su cargo y sometido a la justicia, pero los legisladores de los distintos partidos políticos de la legislatura provincial, que integran el Jury de enjuiciamiento, le han garantizado impunidad en más de 4 oportunidades durante los últimos años. También los estamentos del poder judicial que le han permitido zafar de un procesamiento que ya estaba en firme.

Pasaron 39 años desde que truncaron la vida de Ana María y la justicia sigue haciéndose esperar. Varios genocidas se murieron de viejos sin pagar por los delitos cometidos, mientras las víctimas, familiares y amigxs seguimos sin tener la justicia por la que luchamos.

Pero no bajamos los brazos, por que Ana María y lxs 30 mil compañeras y compañeros desaparecidxs nos dejaron un mandato y un ejemplo a seguir: la lucha por un mundo distinto, en el que la explotación, la opresión y las excrecencias del capitalismo sean sepultadas para siempre y podamos edificar una nueva sociedad, basado en la hermandad de clase, en la solidaridad, en la igualdad para acceder a los frutos del trabajo producidos por la mayoría de la sociedad, en la independencia de nuestros países de las garras del imperialismo, en la libertad para elegir la vida que queremos llevar adelante.

Hoy, cuando el capitalismo nos hunde en la barbarie, el hambre, el saqueo de los recursos naturales, la destrucción de la naturaleza y de millones de seres humanos, reivindicamos una vez más el ejemplo de Ana María y lxs 30 mil, redoblando el compromiso de lucha por transformar la realidad que nos rodea y en particular por enjuiciar y castigar a los genocidas que continúan gozando de impunidad.

Ana María Martínez, Presente!

Ahora y Siempre!