La pandemia del coronavirus está causando estragos en todo el mundo, con más de medio millón de infectados y miles de muertos hasta el momento en diferentes países. Además, la cuarentena paraliza las economías y deja sin sustento a millones de personas que no tienen cómo hacer frente al sustento diario.
La Covid 19 amenaza la salud de todos y pone en crisis la capacidad de respuesta de los Estados Nacionales; lo que evidencia que el capitalismo dependiente de nuestro país es negocio para unos pocos y miseria, hambre y muerte para la mayoría de la clase trabajadora y los pueblos.
Esas políticas impuestas por el FMI y el imperialismo han procurado desmantelar los estados nacionales y sus funciones básicas, cambiar el rol de los mismos y ponerlos como simples gendarmes del capital, dándole al mercado y a los capitalistas privados todas las herramientas para seguir ganando dinero a costa del conjunto de la sociedad.
El estado paraguayo ha destruido la salud y a la educación pública, así como a la agricultura familiar, facilitando el surgimiento de los sanatorios privados, las universidades privadas y el “agro negocio”, que funciona como un estado dentro del estado paraguayo, expulsando familias del campo a los cordones periféricos de las ciudades, arrojándolas a la pobreza y a la falta de oportunidades de vida.
Son los que los sociólogos liberales llaman como “excedente social”, que en realidad son refugiados ambientales que viven de trabajos informales y precarios, que viven el día a día, sin futuro y sin pan, un sector calculado en el 24% de la población.
Con este modelo económico, político y social, tenemos paraguayos de primera y de segunda, los primeros son una minoría que tienen ingresos de 20 mil dólares para no hacer nada, por ser parte del poder o amigos de los poderosos, y la gran mayoría que no tiene cómo hacer frente a las consecuencias de una pandemia como la que estamos viviendo.
Las clases dominantes de este país han destruido la salud pública, por que total ellos se atienden en clínicas privadas. Se calcula que el sistema de salud pública sólo cuenta con 500 respiradores, algo que será insuficiente para la situación que se presenta actualmente. Años de vaciamiento de la salud pública explican esta dramática situación.
Paraguay no es un país pobre, fue empobrecido por las clases capitalistas que se han apropiado de sus enormes recursos naturales y de lo producido por sus trabajadorxs del campo y la ciudad. Los ingresos de las represas de Itaipú y Yaciretá, grandes productoras de energía, pueden aportar los fondos que hacen falta para equipar el sistema de salud y dar cobertura a quienes se quedan sin un sustento durante lo que dure la cuarentena. Ese dinero debe usarse para satisfacer las necesidades que surgen de esta situación excepcional y de emergencia.
Por otra parte, es necesario que la tierra mal habida sea puesta al servicio de la agricultura familiar, poniéndole freno al modelo que hoy beneficia a un puñado de sojeros y capitalistas que sólo producen para ganar dinero y no para proveer de alimentos y vienes al pueblo paraguayo.
También es necesario que todo el sistema de salud privado sea puesto al servicio de atender la pandemia, nacionalizando y unificando el sistema de salud público y privado para atender a TODOS quienes padezcan la enfermedad.
Desde el MPS (Movimiento por el Socialismo), levantamos un programa de emergencia que empiece por la suspensión del pago de la deuda externa, para volcar esos fondos a la salud pública, a la educación y a la agricultura familiar, para atender las urgentes necesidades de quienes no tienen sustento para atravesar la cuarentena sin pasar hambre.
Además, es el momento de recuperar todas las tierras usurpadas de manera ilegal por la mafia y utilizarlas para la producción de alimentos accesibles para quienes necesitan.
Llamamos a la clase trabajadora, de la ciudad y el campo, a debatir sobre la necesidad de una salida diferente ante esta verdadera emergencia que estamos viviendo, ya que no es posible seguir teniendo un estado que siempre favorece a los que tienen el dinero y las riquezas acumuladas, dejando en segundo plano a la gran mayoría de la población trabajadora que produce esa riqueza diariamente en cada lugar de trabajo.
MPS – Movimiento por el Socialismo.
Paraguay 27 / 03 / 2020
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