La pandemia desnudó la ineficacia de un gobierno entregado a los designios del capitalismo imperialista a través de sus representantes como son el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y los llamados multilaterales, cuyos acuerdos pretenden ser implementados a través de leyes que vulneran los derechos de los trabajadores, flexibilización laboral y despidos masivos , que ya van más de 150.000 a pretexto del confinamiento por la pandemia
Ecuador es tomado como un mal ejemplo de control de la epidemia, con cinismo el gobierno de Lenin Moreno quiere aparecer como que todo se encuentra en las mejores condiciones para la atención de la pandemia, ocultando cifras de fallecimientos que ya bordean desde su inicio en Guayaquil los 14.000. Especialmente en esa ciudad, epicentro de la mayoría de casos de Covid-19, el sistema de salud colapsó, la población pasó del dolor a la indignación, muchos buscando atención para sus familiares, sin que los centros de salud les proporcione la debida cobertura. Los fallecimientos de sus familiares son alineados en bolsas en los corredores de los hospitales, sin que hasta el momento sean identificados, se contabilizan más de 131 los cadáveres que permanecen en esas condiciones.
Por las condiciones de pobreza que se encuentra una gran mayoría de la población de las ciudades más grandes del país, cuyo sustento son las ventas que día a día realizan, salen para no morirse de hambre y ya se dan casos como en Quito la capital que más de 22 han fallecido, posiblemente con Covid-19 en las calles y veredas. Ese es el panorama que ha develado el sistema capitalista imperialista de extrema desigualdad entre unos pocos con mucha riqueza y la mayoría en condiciones de vulnerabilidad por sus condiciones de extrema pobreza.
Después de las jornadas de octubre, la burguesía y su gobierno quieren implementar lo que contenía del Decreto 883, los empresarios exigen la imposición de reformas laborales para eliminar los derechos de los trabajadores como son: estabilidad laboral, pago de horas suplementarias, jornada de 40 horas semanales, derecho a la sindicalización, contratos colectivos, entre otras conquistas dadas por sus luchas.
Se rebaja en un 10% el presupuesto para la educación, especialmente para las Universidades del Estado, cuyas consecuencias son despidos a profesores, personal administrativo y disminución de ingresos de estudiantes, afectando a los más pobres del país, con el pretexto que en las arcas fiscales no existe liquidez por la caída internacional del precio del petróleo y la recaudación de impuestos.
Todo esto con la complicidad de los partidos de la burguesía, sus aliados los empresarios y banqueros, cuyos dineros se encuentran fuera del país en paraísos fiscales.
Las reacciones de los trabajadores y los jóvenes estudiantes secundarios y universitarios, a pesar de las restricciones por el confinamiento, es salir a protestar en las plazas de las ciudades de Quito y Guayaquil por las condiciones de despidos masivos, la rebaja en los presupuestos para la educación lo que constituirá más miseria para los pobres del país.
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