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Fuera Bolsonaro, es un giro táctico necesario. Un 1° de mayo con dirigentes patronales, es un desastre. [Valerio Arcary]

Valerio Arcary

Professor titular aposentado do IFSP. Doutor em História pela USP. Militante trotskista desde a Revolução dos Cravos. Autor de diversos livros, entre eles Ninguém disse que seria fácil (2022), pela editora Boitempo.

Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa, 28-4-2020 

1. La renuncia de Sergio Moro al Ministerio de Justicia es una confirmación más de que “Fuera Bolsonaro” es una apuesta correcta en la táctica de endurecer el papel de la oposición de izquierda a Bolsonaro. El PSOL (Partido Socialismo y Libertad) y ahora el PT (Partido de los Trabajadores), han decidido, con razón, defenderla. Es una consigna de agitación. La decisión de asumirla ha generado una fuerte polémica en la izquierda brasileña. Algunos creen que es una precipitación, otros consideran que llegamos a ella con semanas o meses de retraso. Son dos posiciones comprensibles. Siempre que hay un giro en la situación política es razonable esperar que haya algún desacuerdo en los tiempos de las tácticas. La apreciación de los tiempos, los ritmos, los momentos, las cadencias es de crucial importancia para definir qué hacer. El argumento de este texto es que no era correcto proponer Abajo el Gobierno antes del cambio de coyuntura por el impacto de la pandemia, y que sería un error no hacerlo en este momento.

2Fuera Bolsonaro pasó a ser útil porque cambió la coyuntura. El factor clave de este cambio en las relación política de fuerza fue el choque de la pandemia. La posición de Bolsonaro contra la cuarentena, gatilló una división en la clase dirigente que disminuyó la fuerza del gobierno. La inmensa mayoría de los gobernadores no estaban de acuerdo con la orientación de Bolsonaro para el llamado aislamiento vertical. La fractura llegó al Ministerio de Salud, y resultó en la renuncia de Mandetta. El STF (Supremo Tribunal Federal) se posicionó a favor de los gobernadores y alcaldes. Se precipitó un relativo aislamiento institucional de Bolsonaro. Este cambio en la superestructura de la sociedad se reflejó rápidamente en un cambio en los sectores de las clases medias, y la consolidación de una mayoría de la clase trabajadora contra el gobierno. La contraofensiva de Bolsonaro fue inmediata. Se subió a la cabina del camión e hizo amenazas golpistas, reforzó la presencia del núcleo militar en los ministerios y autorizó la integración del “Centrão” (1) en el gobierno. Pero ahora ha perdido a Rodrigo Maia (presidente de la Cámara de Diputados: ndt). La relación social de fuerzas, sin embargo, sigue siendo desfavorable para los trabajadores.

3. Ninguna fracción de la clase dirigente, por ahora, apoya la idea del  impeachment. Por tanto, en este momento, no va a suceder. Claro que todo puede cambiar en unas pocas semanas, cuando estamos siendo testigos, dramáticamente, de mil muertes al día. Existen varias posibilidades institucionales para el derrocamiento de Bolsonaro, pero es muy improbable en este momento del pico de la pandemia. La concretización del Fuera Bolsonaro debe implicar una iniciativa para presentar un  impeachment que unifique a los partidos de la oposición. Es una unidad de acción correcta, pero nada más que eso, una táctica parlamentaria justa. La presentación de una petición de destitución sirve como exigencia sobre Maia. Corresponde decir que, para salvar vidas, es necesario detener a Bolsonaro. Se trata de agitación política.

4. El “Abajo el Gobierno” no es un undécimo mandamiento oculto. Nadie es más revolucionario porque comenzó a defender el Fuera Bolsonaro unas semanas o meses antes que los demás, cuando no están reunidas las condiciones para, efectivamente, movilizarse por el derrocamiento del gobierno. Estas condiciones no existen en esta coyuntura. Ningún gobierno del mundo es derrocado por la izquierda sin una monumental, extraordinaria y colosal movilización popular. Y no tenemos las condiciones en este momento para ni siquiera intentarlo. Además, es necesario que la izquierda tenga un proyecto. Aprendamos de lo que pasó en Chile. Piñera tembló, pero no se cayó.

5. Si bien Abajo el Gobierno, es una consigna de agitación, y no de acción, el criterio debe ser evaluar, testear y calibrar si ella cumple un papel positivo en la acumulación de fuerzas. Si ayuda a unificar una base de masas en la clase obrera y la juventud. Mientras estemos limitados por las condiciones de confinamiento de la cuarentena, la izquierda no puede confiar en la fuerza de choque social de las acciones callejeras. Romper la cuarentena sería un grave error. Lo que podemos hacer es agitación y propaganda en las redes sociales. Con paciencia y firmeza.

6. En la tradición anarquista, el Abajo el Gobierno es un mantra permanente. Quedo célebre con el famoso aforismo español: “hay gobierno, estoy contra”. Viene acompañado con la defensa de la huelga general. Se basa en dos premisas. La primera es que todo gobierno debe ser derrocado porque los trabajadores están siendo atacados y sufriendo bajo el capitalismo. Un gobierno odioso merece ser odiado, y tiene que ser derrocado. La segunda es que no importa si hay o no, un apoyo mayoritario en la clase trabajadora. Basta con que haya una vanguardia que tenga clarividencia y determinación, conciencia y voluntad.

7. En la tradición marxista hay un método político para definir la oportunidad de si se inicia o no, una campaña para tratar de derrocar al gobierno. Este criterio fue establecido por la experiencia revolucionaria más exitosa en una sociedad con cierto grado de urbanización e industrialización, la rusa en 1917. Las Tesis de Abril no proponían la consigna “Abajo el gobierno provisional”. Lenin abogó por una exigencia a Kerensky: “Pan, paz y tierra” y “Fuera los ministros capitalistas, todo el poder a los soviets”. Se debe recordar que los bolcheviques no tuvieron una mayoría en los Soviets hasta setiembre de 1917. Sólo empezaron a proponer “Abajo Kerensky” después de la derrota del intento de golpe reaccionario del general Kornilov, cuando ya los bolcheviques tenían la mayoría en los Soviets de Petrogrado y Moscú. Si no hay una mayoría contra el gobierno, es un error defender Abajo el Gobierno, porque esta consigna divide, confunde y genera desconfianza en la clase trabajadora. La política socialista es una política que debe ser apoyada por la mayoría del pueblo trabajador.

8. El éxito de una campaña ordenada por un programa de acción que unifica, “Salvar vidas, impedir despidos, fortalecer el SUS (Sistema Único de Salud), gravar las grandes fortunas, Fuera Bolsonaro”, depende de un Frente Único de Izquierda, por lo tanto, independiente de los partidos que se apoyan en fracciones del capital. El llamamiento a un 1° de mayo unificado de las Centrales Sindicales a través de Internet fue una iniciativa positiva. Pero las invitaciones hechas a Maia y FHC (Fernando Henrique Cardoso), entre otros representantes de fracciones de la burguesía en conflicto con Bolsonaro, fueron un error muy grave. Porque el 1° de mayo es un día en el que las organizaciones de trabajadores deben defender sus intereses. ¿Maia está a favor de la prohibición de los despidos? ¿Está FHC a favor de fortalecer el SUS? ¿Están a favor de gravar las grandes fortunas?

9. No es posible tener un frente que incluya hasta FHC y Maia, a menos que, hipotéticamente, se reduzca la propuesta de Fuera Bolsonaro, en defensa de la democracia. Sólo sería posible si consideramos la hipótesis de un impeachment en frío Sería una evolución limitada, pero progresiva, porque Bolsonaro es un neofascista, y su caída sería una victoria democrática, aunque muy parcial, si se abriera el camino para el general Antônio Mourão (vicepresidente de la República: ndt). Pero una táctica parlamentaria no es lo mismo que una estrategia política. Es imposible derrocar a Bolsonaro, aunque la izquierda aceptara este programa, sin una movilización masiva. Y no es posible movilizar a las masas populares en defensa de “Todo el poder al Congreso”. Solamente las camadas medias podrían responder a este llamamiento.

10. La única ventana que puede abrir un cambio en la relación de fuerzas es la movilización de los trabajadores y la juventud. Y la experiencia histórica indica que la base social de la izquierda sólo se despertará con furia e indignación ante el impacto destructivo de la pandemia, con sus muchos miles de muertos, y la crisis económica, con sus muchos millones de desempleados. Nada puede reemplazar la experiencia práctica de millones de personas con la inminente catástrofe. Pero las tragedias sólo pueden permitir que se construya la fuerza social si es galvanizada, políticamente, por la izquierda con un programa que defienda sus intereses concretos.

Valerio Arcary  es miembro de la Coordinación Nacional de Resistencia (PSOL).

Nota

1) El término “centrão” es, en la jerga política brasilera, una designación peyorativa usada para referirse a los partidos conservadores que acostumbran a estar próximos de los gobiernos a cambio de cargos y otras prebendas. Partidos como el PP, PL, PSD, PTB, Republicanos, PSC, y otros, son incluidos como parte del “centrão”. (Redacción Correspondencia de Prensa)

Publicado em https://correspondenciadeprensa.com/2020/04/28/brasil-fuera-bolsonaro-es-un-giro-tactico-necesario-un-1-de-mayo-con-dirigentes-patronales-es-un-desastre/

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Fora Bolsonaro