El pronunciamiento de Sérgio Moro fue una bomba. En su dimisión, el ex ministro reveló que Jair Bolsonaro acciona bruscamente para subordinar a la Policía Federal (PF) a sus intereses políticos. Moro también dijo que el presidente quería tener acceso a investigaciones e informes secretos de inteligencia.
Las acusaciones del ex juez son graves y deben ser investigadas inmediatamente. Se suman a una larga lista de delitos de responsabilidad cometidos por Bolsonaro. Por lo tanto, hay razones para que el Congreso, el STF (Supremo Tribunal Federal) la PGR (Procuraduría General de la República), y el TSE (Supremo Tribunal Electoral), abran urgentemente una investigación y un proceso de destitución contra el presidente de las milicias (bandas parapoliciales). El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, debe acatar la petición de impeachment.
La salida de Moro del gobierno se debe a dos razones principales. Primero, Bolsonaro quiere proteger a su familia de las investigaciones en curso. Se sospecha que el clan está relacionado con la ejecución de Marielle Franco por los milicianos. La confirmación de la posible participación de la familia en el asesinato de la consejala municipal del PSOL (Partido Socialismo y Libertad) tiene un potencial explosivo. Flávio Bolsonaro, a su vez, es investigado por el esquema de corrupción en la Cámara Municipal de Río de Janeiro. Carlos Bolsonaro es sospechoso de liderar una milicia digital responsable por los disparos masivos de fake news. También está la investigación sobre los actos de bolsonaristas en favor de una nueva dictadura, el cierre del Congreso y el STF.
Jair Bolsonaro, además de proteger a su propia familia, pretende controlar a la Policía Federal para colocarla al servicio de su complot golpista. Sérgio Moro fue un importante aliado de la extrema derecha. Como jefe de la Operación Lava Jato, Moro desempeñó un papel clave en el golpe parlamentario que derrocó a Dilma Rousseff (PT), en el encarcelamiento político de Lula, que allanó el camino para la victoria electoral de Bolsonaro, y en el sostenimiento del actual gobierno neofascista. Es probable que, ante el reciente desgaste de Bolsonaro, Moro optara por distanciarse del Bolsonaro, oponiéndose al control directo del Presidente sobre la Policía Federal. Por eso, cayó en el día de hoy.
La salida de Moro no borra de ninguna manera su nefasta biografía política, que siempre estará ligada al ascenso del neofascismo al gobierno y a los métodos criminales de persecución judicial y policial revelados por The Intercept Brasil, en el escándalo de #VazaJato. Moro abandona el gobierno, pero continuará en la política, probablemente aliándose con la derecha que hoy está en oposición a Bolsonaro.
En un momento en que el número de muertes por el Covid-19 está acelerándose, la crisis social y económica golpea la puerta de decenas de millones de trabajadores, y las amenazas golpistas se vuelven peligrosas, el derrocamiento del gobierno es urgente. Bolsonaro es el mayor aliado del virus. La continuidad de Bolsonaro en la presidencia significará un dramático aumento de las muertes, el desempleo y la pobreza. Cada día que continúe en el poder, mayor es el riesgo de destrucción de las garantías democráticas. Por lo tanto, para salvar vidas, empleos y derechos democráticos, el fascista debe ser removido de la presidencia.
Ante la gravedad de la situación, es esencial que la izquierda se una en un Frente Único por el Fuera Bolsonaro, presentando una alternativa política a la clase trabajadora. La izquierda no debe ir a remolque de la derecha tradicional. Debemos defender la caída de Bolsonaro y Mourão, así como la convocatoria de elecciones libres y directas por adelantado, para que el pueblo, democráticamente, pueda elegir un nuevo gobierno. No debemos confiar en el comando de las Fuerzas Armadas. El núcleo de generales del Palacio del Planalto (sede del gobierno federal en Basilia: ndt) apoya a Bolsonaro y su proyecto. Son nostálgicos de la dictadura militar y de la extrema derecha ideológica. Y si llegaran a romper con Bolsonaro, seguirán representando un peligro para las libertades democráticas.
Es hora de aumentar la presión. No podemos salir a la calle todavía. Pero desde las ventanas, gritaremos a plenos pulmones: Fuera de Bolsonaro.
¡Fuera Bolsonaro y Mourão!
¡Por elecciones directas y libres adelantadas!
¡Salvar a las personas, no a las ganancias!
¡Golpe no, Dictadura nunca más!
*Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa
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