La pandemia que nos afecta como humanidad, y que golpea con más intensidad a la mayoría trabajadora, requiere de respuestas inmediatas que eviten la propagación y nos permita encontrar una salida a esta verdadera catástrofe sanitaria, social y económica que se vive en este mundo capitalista decadente.
Según la experiencia de otros países, la cuarentena es una necesidad para evitar la propagación de la enfermedad y mientras mejor organizada esté, más efectividad tendrá. Pero esto significa un nivel de sacrificio que afecta más a quienes vivimos de un trabajo o estamos en la precariedad y abandono. Lxs millones de changarines, cuentapropistas, personas en situación de calle y precarixs en general, carecen de condiciones para sostener a la familia en este tiempo de parálisis económica y aislamiento social.
Vivimos en un país con enormes riquezas en alimentos, recursos naturales, agua, energía y otras. Esas riquezas, creadas y movidas por manos y mentes de trabajadorxs, deben estar ahora al servicio de las necesidades de la nación y de sus trabajadorxs y sectores populares.
¡No acanza con declaraciones y enunciados, o medidas parciales! El sistema de salud pública, que fue desmantelado durante años, necesita ahora de muchos recursos para acondicionar los hospitales y centros de salud. Es necesario contratar enfermerxs, médicxs y personal de la salud, adquirir equipos para la detección del virus, camas y demás instrumental que haga falta para curar a todxs. Hay que reinstalar de inmediato a sus puestos de trabajo a lxs despedidxs del Hospital Posadas, y no por tandas, como lo vienen reclamando ellos mismos.
La provisión de alcohol, agua, jabón y elementos de limpieza y protección, debe acompañar estas medidas. Quienes deben seguir circulando y trabajando deben ser provistos de todos los elementos necesarios para no contagiarse ni contagiar a otrxs.
El gobierno es responsable de poner todos los recursos del estado y en particular los que hoy están previstos destinar al pago de la deuda externa, y si no alcanzaran los fondos debe tomarlos de quienes sí acumularon grandes riquezas durante estos años y que hoy toda la sociedad necesita para evitar que la enfermedad se lleve la vida de tanta gente, como está ocurriendo en Italia, España y otros países.
Hay que poner el millonario negocio de la salud privada al servicio de los intereses del pueblo, unificando el sistema y optimizando los recursos disponibles para atender a todo el pueblo, morigerando la desigualdad instaurada por años de desinversión en hospitales públicos y de aliento a las clínicas privadas.
Los $ 5000 otorgados a la tarjeta alimentaria es insuficiente por que sólo cubre hasta los 6 años y hace falta universalizarla; urge cubrir con subsidios también a todos los empleados del sector informal que ahora pierden sus ingresos por la cuarentena.
Ante las disposiciones que limitan las libertades democráticas, así como la injerencia en la vida interna de las organizaciones (como prohibir asambleas y congresos) debemos advertir sobre la intervención de las fuerzas de seguridad y fuerzas armadas, planteamos la defensa irrestricta de los derechos de reunión, organización y reclamo por parte de lxs trabajadorxs. No aceptamos que nos aten las manos en una situación como esta.
Por esto, tomando el ejemplo de muchos sectores que se están plantando y organizando para exigir resguardo de su salud (ver relevamiento de BAL – Basta de Asesinatos Laborales 21/3/20), promovamos la formación de comités de salubridad en los lugares de trabajo, que defiendan la salud y la integridad de quienes deben cumplir funciones escenciales ante los abusos y avaricia patronal. También promover redes y comités populares que apunten a organizar la solidaridad y defender en cada territorio los intereses de nuestra clase, tanto materiales como democráticos.
Esta nueva manifestación de barbarie capitalista, en la que el interés y la ganancia privada está por encima de todo, debe ser enfrentada con el protagonismo de las masas trabajadoras, organizadas de manera independiente y con un plan de emergencia que vaya dando soluciones a los diversos problemas que se irán presentando.
Con organización y solidaridad de clase podremos enfrentar una pandemia que obliga a tomar medidas excepcionales, poniendo por delante el interés del conjunto, todo lo contrario del sentido común capitalista y del disciplinamiento que quisieran imponer sus instituciones.
Opinión Socialista
22 de Marzo de 2020.
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