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ESPAÑOL

Iran, otra victima de la prepotencia imperial norteamericana

Tomas Andino, de Honduras
Marinha EUA

Estrecho de Ormuz

La actual agresión económica y militar gringa contra Irán, es el último paso de una serie de humillaciones que las potencias occidentales vienen imponiéndole a ese país desde 2012.

ANTECEDENES DE UNA HUMILLACION CONTINUADA

Por presión del influyente lobby israelí en Estados Unidos, en 2012 el presidente Barack Obama y los gobiernos de Europa, lograron que las Naciones Unidas establecieran un conjunto de sanciones a Irán, que incluyeron el congelamiento de unos 100 mil millones de dólares en divisas que ese país poseía en organismos financieros internacionales, como también la prohibición de que las empresas petroleras occidentales compraran petróleo al país persa, entre otras. La excusa fue que existía la “sospecha” de que Irán producía uranio enriquecido que podría servir, presumiblemente, a la fabricación de bombas nucleares, algo que nunca fue probado. Por su parte, la sospecha del gobierno iraní fue que la supervisión exigida era para hacer espionaje a sus instalaciones militares, lo que no se le pide a ningún otro país del mundo, y por ello se resistió inicialmente a someterse a la supervisión.

Irán logro eludir parcialmente el bloqueo petrolero gracias a que países como China e India hicieron caso omiso de las amenazas europeas y estadounidenses, convirtiéndose en los nuevos clientes de Irán en la compra de petróleo, aunque a precios más baratos; pero el congelamiento de sus divisas en el exterior causó estragos en una drástica disminución de la importación de bienes de consumo, equipos, medicinas, insumos, etc.

Asfixiado por la falta de divisas, el gobierno iraní finalmente acepto en 2015 la supervisión de la Organización Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas (OIEA) y también acepto firmar en Viena, el Plan Integral de Acción Conjunta sobre la cuestión nuclear (JCPOA en inglés, conocido también como Acuerdo de Viena), en el que se comprometió a someterse a un escrutinio periódico de la OIEA sobre sus actividades nucleares, manteniéndolas dentro de los parámetros exigidos por la ONU, durante un periodo de 10 años. El director de la OIEA, Yukiya Amano, llegó a jactarse de que “Irán está sometido al régimen de verificación nuclear más robusto del mundo”

Este es un claro caso de doble moral, ya que los países que exigen a la República Islámica el cumplimiento del Acuerdo de Viena poseen los mayores arsenales nucleares del planeta, y entre estos, Estados Unidos es el único que ha usado tales armas para matar a centenares de miles de civiles en Hiroshima y Nagasaki, sin ser juzgado por crímenes de guerra. También pasan por alto que Israel posee decenas, sino es que centenas de bombas atómicas y no se le exige algo similar. El mismo Trump abandono en enero de este año, el Tratado sobre Armas Nucleares de Alcance intermedio (INF), para no tener limite en la producción de tales armas. De hecho, producir uranio enriquecido no está prohibido por ningún tratado internacional, pero a Irán se le exige no producirlo por motivo de un tratado que se le obligo firmar en 2006, bajo amenazas de bloqueo económico. Esto denota la hipocresía de las potencias occidentales y de los organismos multilaterales como Naciones Unidas, cuando se trata de aplicar la ley internacional.

Después de una escrupulosa revisión que duro dos años de parte de la OIEA, tiempo en el cual buscaron en todos los rincones del país algún rastro de que se producían armas nucleares, este organismo concluyo en 2017 que Irán no estaba produciendo uranio enriquecido y que cumple todos los estándares exigidos en materia nuclear. En base a este dictamen, Obama firmó en el año 2018 la Orden Ejecutiva que levanto las sanciones que Europa y Estados Unidos habían impuesto a ese país. El entonces Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, llego a decir en un comunicado: “Por la presente, yo confirmo que el Organismo Internacional de Energía Atómica ha verificado que Irán ha implementado completamente sus compromisos requeridos (…) Los compromisos relacionados con las sanciones de Estados Unidos (…) están ahora vigentes”

El gobierno de Israel se opuso al acuerdo y entro en fricción por ese tema con el gobierno de Obama. En revancha, el lobby israelí encontró en el gobierno de Trump la oportunidad de torpedear y hundir el acuerdo.

LOS VERDADEROS MOTIVOS DE LA AGRESION A IRAN

Apenas se instaló en la Casa Blanca, el gobierno de Donald Trump expreso que ese acuerdo era insuficiente y que era necesario establecer nuevas reglas y sanciones a Irán. Incumpliendo lo pactado, Estados Unidos se retiró del Acuerdo de Viena 2015 y anuncio que impondrá unilateralmente esas sanciones, sin esperar el aval de Naciones Unidas. ¿En base a que argumento Trump abandono el acuerdo? NI siquiera es claro. Solo hace referencias a que Irán en un país que promueve el “terrorismo”, que debería “cambiar de tono”, etc. Puras excusas.
Ese lenguaje impreciso esconde algo más siniestro. El verdadero objetivo del bloqueo económico a Irán no tiene que ver ya con uranio enriquecido; tiene que ver con que Trump quiere el derrocamiento del gobierno iraní y la finalización de la República Islámica; es decir, lo mismo que pretende en Venezuela con el derrocamiento de Maduro.
Pero, más allá de ese objetivo inmediato, sus propósitos de largo plazo son múltiples:

  • Apoderarse de los yacimientos petroleros de Irán, beneficiando así a sus empresas transnacionales.
  • Avanzar en reducir el poder de la OPEP, y así influir más en la definición de los precios de los combustibles.
  • Despejar el terreno en el Medio Oriente para la expansión de Israel y de Arabia Saudita, sus aliados estratégicos en la región, de los cuales la República Islámica de Irán es el único rival capaz de contenerlos.
  • Crearle dificultades económicas al desarrollo de la India, pero sobre todo de China, ya que este último país depende del petróleo de Venezuela e Irán. Esto es complementario a las medidas de la guerra comercial que Trump acaba de aprobar contra el país asiático, mediante la elevación de sus aranceles de importación por valor de 300 mil millones de dólares.
  • Fortalecer la vigencia del dólar, pues actualmente Irán ya no vende su petróleo usando esa moneda sino el Yuan chino.

OTRA AMENAZA DE AGRESION MILITAR

EL plazo dado por Trump para iniciar la asfixia a Irán comenzó a correr desde el 2 de mayo de 2019, amenazando con imponer sanciones a cualquier país que compre petróleo u otros bienes e insumos industriales a ese país. Según Mike Pompeo, su objetivo es reducir todas las exportaciones iraníes a “0”. La respuesta del gobierno persa fue amenazar con que, si en dos meses la Unión Europea, Rusia y China, no garantizan el Acuerdo, progresivamente Irán renunciara a cumplir los términos del Acuerdo, tal como hace Estados Unidos y los europeos; de hecho ya comenzó a retirar dos de sus cláusulas. Y, si en caso extremo, no hubiera otra alternativa al bloqueo norteamericano, Irán aseguro que podría cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del petróleo del mundo.

Tomando esta última declaración como excusa, Trump envió al Estrecho de Ormuz, dos portaaviones, más de 130 aviones de última generación (incluidos los temibles B2, F35 y B-52), submarinos y diez cruceros armados hasta los dientes, con los que amenaza a toda embarcación que se atreva a comerciar con Irán. La reacción de los gobiernos europeos no pudo ser más cobarde y cínica; solo “lamentan” la decisión de Estados Unidos, pero ellos tampoco cumplen porque por miedo a Trump han dejado de comerciar con los iraníes desde que el tratado fue firmado; en cambio le exigen al único que si ha cumplido al 100% lo pactado, que siga “como lo ha venido haciendo” y veladamente le amenazan si no lo hace. Por su parte, China se ha llamado a silencio hasta el momento de escribir este artículo, pero también tiene una actitud sospechosa porque ha dejado de comprar petróleo a Irán hace meses. Solo Rusia y Francia se atrevieron a emitir un moderado comunicado de protesta por la decisión norteamericana, pero nada más. ¿Y las Naciones Unidas, garante del acuerdo? Lo de siempre, otro que se “lamenta” pero no se atreve ni siquiera a convocar al Consejo de Seguridad para frenar a los gringos.

Así las cosas, Trump parece tener manos libres para abrir otro frente de conflicto en el mundo, simultáneamente al que ya tiene abierto en Venezuela, con similares propósitos y con similar método de amedrentamiento militar, con el cual pretende obtener que los gobiernos independientes de esos países sean derrocados, o en el menos grave de los casos, se impongan nuevos y mas humillantes acuerdos, con los cuales aseguraría su dominación imperial.

Parafraseando el dicho popular: ¿Que es peor que una amenaza de guerra en el mundo? Dos amenazas de guerra.

A pesar de lo dicho, tanto Irán como Venezuela no son países que Trump debería subestimar y si no lo entiende lo puede pagar caro.

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