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CHILE: La huelga de portuarios eventuales en Valparaiso y su radicalizacion

Por Raúl Marcelo Devia Ilabaca*, de Chile

En Chile existe la Ley de Puertos Nº19.542, que crea 10 empresas portuarias, como sociedades anónimas, que administran los recintos portuarios, que son publicas, pero con patrimonio propio, descentralizada y actúa, como una unidad de negocios privada, que reporta al Estado a través del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, ley que fue creada en el año 1997, ya en Democracia y termina con la Empresa Portuaria de Chile, “Emporchi”, que era propiamente Estatal, quien realizaba todo el proceso de administración de los muelles de atraque y por otra parte las empresas requería trabajadores portuarios a través de “la Nombrada”, cada sindicatos portuario nombraba cada día quien trabajaba, con mucho poder como trabajadores portuarios, con el histórico contrato de trabajador portuario eventual, que se celebrara cada día que se tiene turno.

Con este cambio legal, los terminales portuarios, es decir, los muelles de atraque son licitados a privados para su administración y mantención a través de concesiones de largo aliento, En la Empresa Portuaria de Valparaíso, existen dos empresas que administran los muelles una de ellas, Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL), con quien los portuarios lograron su objetivo, consiguieron un acuerdo, que termino la negociación con ella.

Pero respecto a la otra empresa Terminal Pacifico Sur (TPS), administrada por Ultraport, (Familia Von Appen ), se sigue movilizados, a pesar de las conversaciones que se concretaron con la compañía en los últimos días, en que no se logró encontrar una solución.

Las peticiones de los Portuarios eventuales son: la constitución de una mesa para discutir sus condiciones de trabajo, un bono y que no existan represalias para las personas movilizadas. Esto comenzó el 16 de noviembre, dejó sin actividad a los dos terminales. Los Trabajadores portuarios eventuales, se movilizan por las precarias condiciones laborales que tienen, además de ver afectados sus ingresos por una disminución en los turnos de trabajo. Esto, ya que los eventuales sólo son llamados a trabajar cuando hay exceso de trabajo en el puerto, es decir, los empleados contratados permanentes por las empresas no son capaces de hacer todo el trabajo, debiendo estar disponibles los eventuales, cuando existe exceso de trabajo:

“Hemos vivido una baja considerable de turnos durante los últimos años, debido a los cambios en la cadena logística, el comercio exterior y la concentración de capitales producto de la fusión de las navieras”
Además, agregaron:

“la falta de una ley que regule nuestras condiciones de trabajo y que homologue derechos fundamentales de trabajo que tiene la mayoría de los trabajadores del país”.
Entre ellos, la indemnización por años de servicio, el derecho a prenatal y postnatal, las vacaciones pagadas, entre otros.
Con esta empresa se sostuvo, reunión formal, los dirigentes sindicales y TPS el día, 11 de diciembre, no llegando acuerdo alguno.
El dirigente sindical Pablo Klimpel, señalo, si bien “no existe bloqueo”, ya que “accedimos al ingreso de trabajadores contratados, teniendo un funcionamiento del terminal de alrededor del 10% (…) los trabajadores eventuales de Ultraport que prestan servicio al TPS nos hemos negado a trabajar, sosteniendo la paralización”.

Luego de que han existido conversaciones y reuniones, varias con la empresa y al no llegar a una solución del conflicto, que ya lleva más de 30 días, los portuarios y las organizaciones sociales de Valparaíso han radicalizado su lucha. Así, los últimos días han estado marcados por barricadas e incidentes en el centro de Valparaíso.

Además, Klimpel señaló que deberán recurrir a instancias superiores de no llegar a un acuerdo con TPS, sobre lo que esperan que se tomen medidas a nivel estatal. Desde la Empresa Portuaria Valparaíso, llamaron a los empleados movilizados a deponer la radicalización.

Los trabajadores portuarios en lucha, han levantado una consigna que refleja, la rabia contra la empresa, el gobierno y las autoridades;

“Si no hay Navidad para los portuarios, no hay Año Nuevo”
Sobre esto, el vocero Osvaldo Quevedo sostuvo que “hay 420 trabajadores portuarios que no saben cómo van a pasar la Navidad”, asegurando que pasarán las fiestas en protestas porque “estamos radicalizados”, Valparaíso es internacionalmente conocida por la celebración del año nuevo en el mar, en que llegan a la ciudad miles de turistas de todo el mundo.

Los últimos acontecimientos en esta larga lucha portuaria, es la gran represión sufrida por los trabajadores movilizados, con el ingreso por medio de fuerzas especiales de Carabineros (pacos), a las dependencias del edificio sindical, destrozando todo a su paso y llevándose 16 portuarios detenidos, y 28 de ellos, han subido al techo del edificio y resistido hasta altas horas, sin ser detenidos y logrando su objetivo de mantenerse en su sede sindical, esta situación detono la solidaridad de clase y han comenzado a sumarse al Paro otros puertos el norte, centro y sur del país, Iquique, Mejillones, Ventanas, San Antonio, Talcahuano, Coronel Puerto Montt y Punta Arenas , esta reacción solidaria de los trabajadores portuarios asociados principalmente a una organización de hecho, “Unión Portuaria de Chile”, coloca a la orden del día, la necesaria solidaridad internacional con esta lucha.-

*Raúl Marcelo Devia Ilabaca, Abogado, Defensor Laboral y Ex dirigente sindical Fenadaj

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Declaración

Valparaíso 15 de Diciembre 2018

A las organizaciones sociales, sindicales, autoridades y medios de prensa

El día viernes sostuvimos una reunión con la empresa ULTRAPORT alrededor de las 19 hrs. En esta reunión la empresa nos hace una propuesta cerrada que consiste en un préstamo de $350 mil y una gift card de $200 mil . Mas otro préstamo de $200 mil pesos. Nos dice que aparte nos entregara como siempre en estas fechas una caja de provisiones, otro préstamo de $200 mil y un aguinaldo. En el comunicado señalan que “apoyara a los trabajadores que no estén vinculados a hechos de violencia y que se reintegren a las faenas ” y que “ellos no tienen cabida en nuestra empresa”.

Es preocupante que a los 29 días que llevamos de paralización en el puerto de Valparaíso, la empresa no haya cedido en ninguno de los puntos que se han establecido en la conversación. Ellos insisten en que no tienen ninguna deuda pendiente con nosotros y nos siguen hablando de “un bloqueo ilegal de los accesos”. Es importante hacer las siguientes aclaraciones

Respecto a la oferta de préstamo y gift card: Es una falta de respeto que el día jueves 13 nos haya ofrecido $400 mil de préstamo y $150 mil de giftcard y que ahora le quite $50 mil al préstamo y se lo agreguen a la gift card. Cualquiera que entienda sobre procesos de negociación entenderá que esto es una burla.

Sobre a las situaciones de “violencia”: hoy existe en los medios una visión unilateral sobre la violencia y su ejercicio, tanto por parte de la intendencia y la gobernación, como por parte de la empresa. Creemos que es importante revisar bien el concepto y sus atribuciones, como las medidas de presión que se ejercen por las partes. Como trabajadores/as no somos dueños de grandes empresas, ni controlamos los medios de comunicación, no tenemos mayores recursos que nuestra fuerza de trabajo. Las formas de poder visibilizar nuestros problemas y conflictos, cuando se agotan las vías de dialogo y la institucionalidad no da respuesta, surgen de la protesta y la acción directa en las calles. Recursos de presión que ha sido utilizados por toda la historia del movimiento obrero y las clases populares en la historia de Chile. No deberían sorprendernos, basta revisar la historia de Valparaíso y la huelga portuaria de 1903 para entender las dimensiones de conflictos de este tipo y sus desenlaces. A nosotros nos acusan de violentistas, pero cuando la empresa no respeta los acuerdos asumidos con ministros de estado, cambia las condiciones de dialogo y acuerdos, cuando soborna trabajadores/as ofreciendoles mas dinero por ir a trabajar para romper el paro, nadie dice nada. incluso ahora que le adelanto las practicas a los estudiantes de la escuela de tripulantes de Valparaíso y esta usando jóvenes de 17 y/o 18 años para atender los buques y capacitando gente nueva “es su legitimo derecho”. ¿Acaso no es violento que las mujeres no puedan tener derecho a pre y post natal? ¿no es violento tener seguridad de ser contratado nuevamente al próximo turno? ¿no es violenta la precarización del trabajo? En otros puertos del litoral de nuestro país, los trabajadores eventuales consiguen a través de las negociaciones de cppt con sus empresas bonos cada dos años de un millón, vacaciones pagadas, pago de las falsas nombradas y de la lluvia, etc. Pero TPS a través de su empresa de muellaje Ultraport no cede nada a sus trabajadores y trabajadoras. Cuando las fuerzas de carabineros mojan a niños y niñas con el carro lanza agua, esparcen gases lagrimogenos contras nuestras familias y compañeros, cuando nosotros nos oponemos, es solo “violencia contra la autoridad” y “desordenes”.

El movimiento de los trabajadores portuarios eventuales de Valparaíso tiene causas profundas: el abuso y la desigualdad: Lo que entró en crisis en Valparaíso es un modelo laboral que reparte miseria entre muchos, inseguridad en las faenas y pobreza para cientos de trabajadores portuarios eventuales y miles más que anhelan entrar al puerto. Esto porque hay miles de permisos portuarios para unos cientos de empleos. Hoy son cientos de eventuales con 5 o menos turnos al mes, a quienes la empresa necesita por momentos y sólo en esos momentos los reconoce como sus trabajadores. Terminado el turno, los empleadores dicen que no son sus trabajadores, aunque la relación laboral con el mismo empleador se prolongue por años. Sólo como ejemplo, el trabajador portuario eventual puede trabajar por 20 o 30 años, 20 días de cada mes, para la misma empresa de muellaje y no tener ningún tipo de indemnización, por años de servicio al terminar la relación. Tampoco tiene derecho a vacaciones y como debe trabajar en otras cosas para subsistir no tiene estímulos para capacitarse. Nuestros dirigentes sindicales no tienen fuero, ni las trabajadoras portuarias eventuales tienen los derechos a la maternidad del resto de las trabajadoras. Y si nos critican que realizamos paralizaciones de actividades, consideren antes que la ley chilena no permite la huelga legal de los trabajadores eventuales.

El petitorio de los trabajadores portuarios eventuales de Valparaíso es muy concreto: Solicitamos a TPS, un bono que los ayude a enfrentar los duros momentos que han vivido durante el año; conversar sobre cuestiones del trabajo que se pueden corregir y mejorar; y que no se tomen represalias laborales con los trabajadores que han participado en este movimiento social. Este petitorio fue respondido rápidamente por el concesionario del Terminal 2, TCVAL con un bono de $1.000.000.- de pesos líquidos, la constitución de una mesa de trabajo y sin sanciones. Pero TPS, que es 10 veces más grande que TCVAL en Valparaíso, se niega a proponer una oferta similar a los 450 trabajadores eventuales, cuando todos ven que invirtieron cientos de millones de dólares en la ampliación de los 120 metros y las nuevas grúas pórtico y que han recibido 400 millones de dólares por la incorporación a su grupo de un gran inversionista canadiense. Oliver Weinreich dice “no tenemos ningún tema laboral pendiente” esto es evitar la dimensión social del conflicto, del cual ellos son responsables con el modelo de relaciones laborales que han establecido en el TPS. Se lavan las manos diciendo que cumplen con la ley y lo que ha demostrado el conflicto es justamente la insuficiencia de los marcos legales vigentes para resolver el problema.
Terminal Pacífico Sur de Valparaíso, empresa del grupo Von Appen, está presa en su ideología patronal: Hay reportajes publicados en la prensa, que ligan el origen de la fortuna de estos inmigrantes alemanes en la política exterior del régimen nazi y sus planes de boicotear la flota aliada en el pacífico sur. Pero de lo que no cabe ninguna duda, es que el modelo laboral que implementa en sus empresas se basa en comprar dirigentes y aplastar disidentes. Así en Mejillones hace pocos años, ante la pretensión de los trabajadores eventuales de negociar junto a los contratados, los llevó a mantener cerrado el puerto hasta que el hambre venciera a los trabajadores. Ahora en Valparaíso, cuando la asamblea sindical toma la decisión de movilizarse contra el abuso y contra los dirigentes amigos de Von Appen, este responde que no negociará con los delegados elegidos por la asamblea. Es importante que el señor Raúl Celis, ex presidente de EPV y hoy vocero de TPS, sepa que la máxima autoridad institucional de los sindicatos es la asamblea de los socios y si esta toma una decisión, sólo cabe respetarla. Pero esa era sólo una excusa porque cuando los dirigentes se sumaron todos a los acuerdos de la asamblea, los Von Appen, igual se niegan a proponer soluciones al conflicto. Queda claro entonces que lo que busca Von Appen es replicar el plan de aplastamiento que le resultó en Mejillones, al costo que sea, sólo porque su ideología le impide darse cuenta del daño que esta provocado en Valparaíso y el país.

El costo del conflicto: El principal daño hoy lo sufren nuestras familias, todos los trabajadores del puerto, los trabajadores de otros puertos, las empresas ligadas al comercio exterior del país y la ciudad de Valparaíso. Pero esto no es argumento suficiente para el grupo Von Appen. La pregunta entonces es ¿por qué el estado no interviene? ¿Qué están esperando? Hace no mucho tiempo, en el último año del primer gobierno del presidente Piñera, esta misma situación ocurrió y el Gobierno actuó, buscando acuerdos directos con los tabajadores que exigían en ese caso el pago de la media hora de colación, que los empleadores les negaban. Así surgió la ley N°20.773, que estableció que este pago lo iba a realizar el fisco y para ese fin se estableció una tasa portuaria del siguiente modo:

Artículo 4º.- Establécese por cuatro años, contados desde el 1 de enero del año 2015, un aporte a beneficio fiscal correspondiente a 0,2 dólares de Estados Unidos de América, por cada una de las toneladas de carga general transferidas de cualquier tipo, que se importe o exporte por puertos nacionales, en naves sujetas al Código Internacional para la Protección de los Buques y de las Instalaciones Portuarias, promulgado mediante el decreto supremo N.º 71, del Ministerio de Relaciones Exteriores, de 2005. El aporte será enterado por los importadores o exportadores, según corresponda, y no podrá exceder, por cada operación, de 0,025% del valor CIF de cada tonelada en el caso de importación, y de 0,025% del valor FOB de cada tonelada en el caso de exportación.”

El Gobierno pagó luego directamente a los trabajadores un valor según el número de turnos realizados, porque se hizo cargo que, en último término, es el estado quién ha permitido la existencia de la eventualidad portuaria y que como dueño de los puertos concesionados es quién permite a los concesionarios explotar el puerto.

Parálisis Política. Además de lamentarse de lo mal que ha manejado el conflicto el concesionario y esperar que cambie la situación por obra de la suerte, el Gobierno debe actuar de manera concreta a través de las herramientas y poderes que le son propios.

Hacemos un llamado a las autoridades y al gobierno a hacerse parte de la solución y a la empresa TPS en reconsiderar su modelo de relaciones laborales, por relaciones laborales modernas que tomen en cuenta la visión de las distintas partes asociadas al negocio en post de la productividad real del país en donde todos podemos crecer en prosperidad y no tan solo unos pocos. Es el momento de demostrarlo. Y a las organizaciones sociales y de trabajadores a estar alerta.

Fuerza portuaria Valparaíso

 

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