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ESPAÑOL

Las tareas políticas del 3º Congreso de la CSP Conlutas

 

3 de octubre de 2017

Por Camila Lisboa y Mauro Puerro, de São Paulo, SP

Casi dos mil delegados se preparan para participar en el 3º Congreso de la CSP Conlutas, que comienza el próximo 12 de octubre. Seguramente, los delegados y las delegadas ahí presentes reflejarán las luchas y los desafíos planteados en el último período. De 2015 para acá, cuando se realizó el último congreso de nuestra Central, la necesidad de potenciar la resistencia contra los planes de ataques a nuestros derechos estuvo más colocada que nunca.

Crisis económica y golpe parlamentario

En los últimos dos años, la crisis económica se profundizó en nuestro país. Los gobiernos y los empresarios se armaron para aplicar un plan de ajuste fiscal durísimo contra los trabajadores. El entonces gobierno de Dilma (PT) demostraba toda la disposición para aplicar esos planes e incluso los inició. Sin embargo, el empresariado brasileño y sectores políticos de la derecha tradicional, como el propio vicepresidente Michel Temer (PMDB), aplicaron un golpe parlamentario, para asegurar que esos planes no sólo se apliquen, sino que se profundicen.

A finales de 2016, se aprobó la PEC 55, que impone un techo de gastos para las áreas sociales durante 20 años. No hay precedente de un ataque de este tipo en las últimas décadas de nuestra historia. Junto a eso, Temer y el Congreso Nacional aprobaron el fin de la CLT con la Reforma Laboral y siguen amenazando los derechos de la seguridad social.

Los desafíos de la resistencia

A pesar de importantes manifestaciones contra Temer, como la marcha que reunió a más de 60 mil personas en São Paulo, en septiembre de 2016, y las ocupaciones de las escuelas y universidades contra la PEC 55, fue en 2017 que la fuerza de nuestra clase se demostró forma más categórica.

Los días 8 y 15 de marzo prepararon la poderosa huelga general del 28 de abril. Impusimos retrocesos al gobierno, que tenía como plan aprobar la reforma de la previsión en el primer semestre. A partir de esa fuerza, era necesario avanzar en otro gran día de huelga general. Desgraciadamente, las mayores centrales de nuestro país retrocedieron en cuanto a la disposición demostrada en abril. En algunos casos, por apoyar directamente al gobierno Temer (Fuerza Sindical y UGT), en otros, por optar por construir una candidatura para 2018 y abstenerse de la resistencia del presente (CUT y CTB).

El hecho es que, ante ello, el gobierno logró aprobar la reforma laboral, el proyecto de ley que permite tercerizar todo y mantenerse en el poder, incluso después de diversos escándalos de corrupción, como la delación de la JBS.

Por lo tanto, construir la resistencia en ese segundo semestre y en el próximo período, tiene como desafío central retomar la unidad que permitió la realización de las acciones de marzo, abril y mayo (#ocupa Brasilia) de 2017. Para ello es muy importante medidas como la plenaria unificada de los metalúrgicos con participación de otros sectores que marcó el día nacional de lucha el 10 de noviembre.

Combatir el avance de la derecha y construir una alternativa de la izquierda clasista

Los ataques sobre nuestra clase se combinan con un fortalecimiento político e ideológico de sectores de derecha y ultraderecha. Discursos intolerantes que ganan simpatía también entre la clase obrera. La crisis económica y el ambiente de desesperanza que crea, combinado con la desmoralización completa de la clase política, abren espacios para que los sectores reaccionarios levanten la cabeza y se pongan en la disputa sobre el desenlace de esta crisis. Así, el general Antônio Hamilton Mourão “tranquilamente” da una declaración sobre la posibilidad de intervención militar y Bolsonaro viene creciendo en las encuestas electorales y en el gusto popular.

Esta situación debe alertarnos. Es necesario armar a nuestra clase y nuestros instrumentos de lucha, como la CSP Conlutas, contra el avance de la derecha, porque su avance no solo se expresa en Bolsonaro y simpatizantes de la intervención militar, sino también en las figuras “no políticas”, como João Dória, prefecto de São Paulo por el PSDB, arduo defensor de las privatizaciones.

Este escenario, sin embargo, no puede hacernos repetir los errores del pasado. Para combatir el avance de la derecha de forma consecuente es necesario construir un campo de independencia de clase. Una articulación política de los movimientos sociales y organizaciones políticas que disputen corazones y mentes del pueblo trabajador con un programa clasista y anticapitalista. Una articulación que se presente como una alternativa de clase no solo a los diversos representantes del capital, sino también a la política de conciliación de clases. Los 13 años de conciliación de clases de los gobiernos petistas y sus alianzas contribuyeron al surgimiento del gobierno Temer y toda su agresividad contra los trabajadores.

El Congreso de la CSP Conlutas tiene la capacidad de presentarse al conjunto del movimiento social brasileño con esa disposición. Para ello es necesario fortalecer el discurso y la práctica unitaria, tener firmeza en el horizonte de combate y capacidad de diálogo.

Resistir con la fuerza y ​​con la cara de nuestra clase

El 3º Congreso también va a reflejar las luchas del movimiento popular y de los movimientos de lucha contra la opresión. De 2015 para acá, asistimos a muchas ocupaciones urbanas, como consecuencia de la crisis, que impacta sobre el derecho a la vivienda. Son diversos movimientos populares que fortalecieron la resistencia en nuestro país y se unificaron con el movimiento sindical para combatir los ataques. Nuestra Central, la única que es sindical y popular, necesita, cada vez más, tener capacidad de diálogo con esta forma de resistencia.

El avance de la intolerancia contra las mujeres, negros/as y LGBT también se tradujo en resistencias importantes, como la lucha contra el genocidio de la juventud negra, la violencia hacia las mujeres y los ataques a los derechos reproductivos y el reciente combate a la “curación gay”. El carácter democrático de esas luchas exige que nuestra Central sepa intervenir en esos procesos, con disposición de unidad y combate.

Fortalecer la CSP Conlutas como instrumento de frente único de nuestra clase

La importancia política de nuestra Central no puede hacernos cerrar los ojos hacia sus límites. Construimos la Central más dinámica y más responsable con la defensa de los derechos de nuestra clase, pero en la realidad, somos una Central minoritaria. Fue esa evaluación que hizo, a menudo, con que los sectores políticos que construyen la CSP Conlutas se comprometieran en la construcción de síntesis de las acúmulos políticos de cada entidad y cada organización que la construye.

Su actual formato contribuye a ello, pues las reuniones bimensuales de su  Coordinación Nacional, permiten importantes actualizaciones políticas de la coyuntura. Además, es necesario preservar el aspecto democrático de este formato, que permite que su dirección más cotidiana, la Secretaría Ejecutiva Nacional, tenga contacto con los debates y elaboraciones de las entidades y movimientos afiliados.

Por lo tanto es decisivo profundizar el funcionamiento democrático de la central, fortaleciendo sus instancias, sus entidades y su carácter de organización de frente único, evitando el riesgo y el peligro de transformarse en colateral de alguna organización política, pues eso, desgraciadamente, ocurrió con la amplia mayoría de las centrales. La CSP Conlutas necesita y debe ser la excepción. Este congreso tiene el gran desafío de reafirmar esa concepción democrática.