Editorial del 2 de octubre
A pesar de la represión brutal, millones acudieron a las urnas en un referéndum sobre la independencia de Cataluña el domingo (1). Desafiando las barreras, las balas de goma y cachiporras policiales, el pueblo catalán luchó valientemente por el derecho a la libertad.
De los 2.262.424 votos emitidos, 2.020.144 (90,09%) fueron a favor del “sí”, 176.565 (7,87%) del “no”; y blancos y nulos sumaron el 2,92%.
Con la aplastante victoria del “sí”, el presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, afirmó que la independencia será proclamada en los próximos días. “Nosotros, los ciudadanos de Cataluña, ganamos el derecho a tener un Estado independiente que se constituya en la forma de una República”, declaró. Puigdemont llevará al parlamento local los resultados de la consulta, para que este actúe “como prevé la ley del referéndum”.
En Madrid, el conservador Mariano Rajoy, primer ministro del Estado monárquico español, afirmó que el referéndum fue ilegal y que no reconocerá el resultado. El presidente intentó justificar el uso de la violencia policial, que hirió a más de 800 personas. “Hicimos lo que había que hacer”, “no hubo referéndum, asistimos a una mera puesta en escena”, declaró. Rajoy anunció que convocará a todos los partidos con representación parlamentaria para debatir las consecuencias de la rebelión catalana.
Los medios de comunicación, partidarios de la monarquía española, dispararon ataques furiosos. El diario El País publicó un editorial en el que afirma que hay que detener la “insurrección”. La Razón pidió “firmeza frente al golpe”. Los medios de comunicación expresan de este modo la posición de la burguesía española, que a pesar de hacer algunas críticas a la inhabilidad política de Rajoy, exige “pulso firme” para derrotar al movimiento por la independencia.
En contrapartida, en defensa del referéndum los sindicatos de trabajadores de Cataluña y entidades civiles prometen una paralización general este martes (3). Los movimientos sociales, estudiantiles y democráticos también irán a las calles. La lucha del pueblo catalán despertó enorme solidaridad internacional.
La represión es derrotada
El gobierno español intentó impedir por la fuerza la realización de la consulta democrática. El primer ataque vino del Tribunal Constitucional español, que declaró ilegal el referéndum. Amparándose en esta ofensiva judicial, Rajoy desencadenó una brutal represión policial.
Días antes de la consulta, varias autoridades catalanas fueron detenidas y las manifestaciones fueron reprimidas en nombre de la “legalidad”. El domingo, la escala represiva subió a niveles chocantes, recordando los tiempos de la dictadura de Franco. La guardia regional catalana -los Mossos d’Esquadra-, se negó a reprimir a las personas que dirigían la votación, el gobierno central envió a la Policía Nacional y a la Guardia Civil.
Las escenas que se vieron revelaron un régimen dispuesto a pisotear la democracia. Los policías cerraron 319 centros de votación, golpearon a las personas en las filas, incluso ancianos, dispararon balas de goma y lanzaron gases a la población. Un hombre de 70 años infartó durante una acción represiva y fue llevado en estado crítico al hospital. Las imágenes de personas ensangrentadas se extendieron por las redes sociales, causando conmoción e indignación. El velo democrático se deshizo y la cara autoritaria del Estado español asustó al mundo.
Sin embargo, la brutal represión no logró detener al pueblo catalán y su movilización por la libertad de elección. Miles de manifestantes se enfrentaron a las fuerzas policiales para garantizar el acceso a las urnas. Los bomberos formaron cordones para dar seguridad a los ciudadanos. Fueron incontables los ejemplos de valor y determinación democrática. Al final, la fuerza de un pueblo en lucha derrotó a la sangrienta represión.
Rodear de solidaridad a Cataluña
La lucha del pueblo catalán por el derecho a la independencia debe ser apoyada por los trabajadores y los pueblos en todo el mundo. Es hora de la máxima solidaridad. Deben realizarse actos en las embajadas, declaraciones de las organizaciones políticas y sindicales y el apoyo político en las redes sociales. Es necesario abrazar a Cataluña y denunciar la abominable represión del Estado español.
La victoria de los catalanes será una victoria de todos los que luchan por el derecho democrático de la autodeterminación de los pueblos. El triunfo de Cataluña fortalecerá la lucha de los pueblos oprimidos en todo el mundo.
Los trabajadores y la juventud de Cataluña deben confiar en sus propias fuerzas. Solo la lucha organizada podrá garantizar que el resultado del referéndum sea respetado.
Los próximos días serán decisivos. El gobierno de Rajoy, probablemente con el apoyo de las potencias centrales de Europa, aumentará los ataques y la represión. Existe la posibilidad real de intervención militar.
La lucha por la libertad de los pueblos tiene hoy en Barcelona su principal escenario de batalla. ¡Estemos todos con los catalanes!
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